Sentir dolor en la rodilla puede ser algo más que una simple molestia, especialmente cuando afecta nuestras actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o, simplemente, disfrutar de un paseo. Y cuando además se experimenta hinchazón y limitación de las articulaciones, la frustración es aún mayor.
Hoy te vamos a hablar del tratamiento para la bursitis de rodilla con fisioterapia. Esta terapia manual, si se aplica de forma integral y combinada con otras técnicas, es una solución muy efectiva con la que se pueden acortar los tiempos de recuperación habituales.
Y lo vamos a hacer con un caso real, cómo siempre, porque en nuestro centro de fisioterapia y osteopatía AFIDAS de Móstoles nos sentimos afortunados cada vez que un paciente deposita la confianza en nosotros para que pongamos todos nuestros recursos en él o ella, que son muchos y bien direccionados.
Además, el caso de bursitis que te vamos a mostrar es de los buenos. Recibimos a nuestro paciente Germán con una hinchazón tamaño XL, con una acumulación de líquido enorme, que limitaba la movilidad de la rodilla de forma considerable y, por consiguiente, la marcha de forma natural.
Qué es la bursitis de rodilla
Antes de detallarte el tratamiento para la bursitis de rodilla que hemos aplicado a nuestro afidiano, vamos a explicar brevemente esta patología.
Con bursitis de rodilla nos referimos a la inflamación de la bursa. Esta pequeña bolsa llena de líquido actúa como un cojín entre los huesos, tendones, músculos o piel cercanos a las articulaciones, que ayudan a reducir la fricción y a facilitar un movimiento suave en las articulaciones.
En la rodilla, las bursas más comúnmente afectadas son tres:
- Bursa prepatelar, ubicada justo delante de la rótula, que se inflama debido a una presión constante, como ocurre en personas que pasan mucho tiempo arrodilladas
- Bursa infrapatelar, situada debajo de la rótula, puede hincharse por actividades que implican saltos o movimientos repetitivos.
- Bursa anserina, ubicada en la parte interna de la rodilla, debajo de la articulación, se inflama con frecuencia en personas con sobrepeso o con artritis o artrosis .
La bursitis se produce en, la mayoría de los casos, por una acumulación de líquido, debido a un apoyo continuo o, fricción, sobre estas zonas que precisan la protección de una bolsa serosa y que protege las inserciones de los tendones o zonas comprometidas de las articulaciones.
Por ejemplo, ocurre en la cadera, el trocánter, en el hombro, y en el caso que hoy nos ocupa, que es la bolsa de protección de la rodilla.
Síntomas de líquido en la rodilla
Cuando la acumulación de líquido rellena la propia bolsa, ya que puede estar alrededor también de la misma, el proceso es mucho más agudo. Y es que, ese líquido puede ir saltando y desprendiéndose hacia la zona de alrededor, comprimir el espacio y rozar en las estructuras blandas, generando inflamaciones colaterales en zonas tendinosas, cápsulas y ligamentos.
Estos son los principales síntomas de la bursitis de rodilla:
- Dolor localizado.
- Hinchazón visible o palpable en el área afectada.
- Sensibilidad al tacto.
- Restricción del movimiento, especialmente al doblar o extender la rodilla.
- Sensación de tensión dentro de la articulación debido al exceso de líquido y dificultad para caminar.
- Enrojecimiento o calor en casos de bursitis infecciosa.
Tiempo de recuperación de la bursitis y la duda sobre caminar
¿Es bueno caminar para la bursitis de rodilla?
Esta es una de las principales preguntas que solemos leer en internet sobre esta patología y que coincide, también, con el feedback que recibimos en consulta, además del amplio interés que existe por conocer el tiempo de recuperación aproximando.
Poder caminar dependerá de la gravedad de la inflamación de la rodilla, el nivel de dolor y las indicaciones específicas del fisioterapeuta o el médico encargado
No es lo más recomendable caminar, sobre todo en las fases más agudas, ya que la rodilla soporta una gran parte del peso del cuerpo. Cuando hay inflamación de la bursa, el roce y la contracción muscular generarían más inflamación.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre el dolor y el poder caminar, porque la pérdida de masa muscular debido a la inmovilización también agravaría el proceso.
En cuanto al tiempo de recuperación de una bursitis de rodilla también depende de la gravedad y de cada persona. Pero, en casos moderados, lo habitual es de 2 a 6 semanas. Estos 15 días iniciales son lo normal para salir de la fase aguda, en la que no se camina.
Una vez pasada esta fase y ya andando normal, dentro del equilibrio que comentábamos, si se sigue un tratamiento de bursitis de rodilla con fisioterapia y las técnicas desinflamatorias que te vamos a contar a continuación, el tiempo se reduce considerablemente.
Bursitis de rodilla: tratamiento fisioterapéutico recomendado
Cuando la bursitis de rodilla no se trata adecuadamente o, directamente, no se trata, puede llegar a engrosarse y a solidificarse el líquido. En estas situaciones, la compresión de la articulación es mucho más directa y genera un conflicto de espacio que al final hasta podría requerir de intervenida quirúrgica.
Así, si la compresión afecta a los nervios, puede inflamarlos y generar bastante caos musculoesquelético, tendinoso, capsular, ligamentoso y nervioso.
El dolor que puede provocar es muy agudo e invalidante en la zona de rodillas y trocánter, que son zonas de carga, por lo que va a complicar y alterar la marcha, de forma natural.
Así, el tratamiento fisioterapéutico para esta bursitis debería ser de forma integral, comprobando también el estado de la columna y la cadera, en general, y todos los miembros inferiores y de la zona lumbar.
Caso real de recuperación de bursitis de tamaño XL
El caso de tratamiento de bursitis de rodilla que aquí te mostramos venía ya con un proceso inflamatorio muy agudo, que dolía muchísimo incluso, en reposo, y limitaba al cien por cien la posibilidad de ponerse de rodillas.
Esto suponía un hándicap añadido, ya que nuestro paciente Germán necesita esa postura trabajar. La hinchazón, en este caso, ocupaba varios centímetros, por lo que tuvimos que aplicar varias técnicas y contrastes de frío calor para la inflamación.
Con la sensibilidad de nuestras manos localizamos la zona donde el líquido podía ir sacándose mejor. Mediante terapia manual fuimos reduciendo ese líquido que, según va saliendo el dolor disminuye. Así evitamos la posibilidad de endurecimiento y engrosamiento por cronificación y solidificación.
Principales técnicas de fisioterapia para tratar el líquido en la rodilla
Además de la terapia manual y el punto de vista holístico ya comentados, estas son algunas técnicas que también hemos utilizado para este caso de tratamiento de bursitis de rodilla:
- Ultrasonido para la reabsorción del líquido, ya que penetra y llega hasta el líquido de la rodilla directamente provocando que se reparta y salga de la zona donde se concentra.
- Aplicación de frío en la fase más aguda. Y, luego frío alternado con calor en la fase media, y calor en la fase crónica o ya cuando va desapareciendo.
- Movilización neurodinámica para localizar los nervios afectados por compresión y no se queden con adherencias y, también, evitar lesiones periféricas en los nervios.
- Aplicación de tiras de kinesiotape para evitar los roces y para desplazar la bolsa llena de líquido hacia un lado. Otra variante es la realización de un vendaje funcional, esta opción es menos usual.
- Electroterapia o, incluso, corrientes de drenaje, que vibran más, para facilitar la eliminación del líquido sin hacer daño.
- Maniobras de estiramientos, flexibilización y masoterapia superficial y profunda. Estas técnicas son más propias en el final del tratamiento para que la articulación se recupere en su rango completo, al igual que las técnicas de apertura y tracción de la articulación en el juego menor de la rodilla.
Si tienes algún conocido o amigo o, tú mismo amigo o amiga afidiana, que tenga un problema como el de nuestro paciente Germán, te animamos a venir a AFIDAS, donde la bursitis no solo se trata, sino que se recupera.
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