En AFIDAS continuamos resolviendo retos sorprendentes que van más allá de lo que dicen los libros. Así que volvemos con nuestra serie de “utilidades, beneficios y soluciones de la fisioterapia y la osteopatía” para explicarte un caso real en el que hemos conseguido regular una válvula lumbo pélvica debido a un meningocele.
Guillermo, acudió a nuestro centro de osteopatía y fisioterapia en Móstoles desde Madrid, a través del boca – oído. Fue intervenido quirúrgicamente, hace ya varios años, por un caso de meningocele lumbosacro muy severo, y para solucionarlo le pusieron esta válvula en la zona pélvico abdominal del interior de la columna vertebral.
El meningocele, que en el caso de Guillermo es de unos 5 centímetros, es un tipo de espina bífida que comprime las raíces del sistema nervioso. En la mayoría de los casos este quiste contiene solamente las meninges y el líquido cefalorraquídeo. Este líquido, que marca el ritmo interno del cuerpo, fluye desde el sacro hasta la región suboccipital del cráneo.
A finales de 2017 a este paciente se le desconectó la válvula, por lo que tuvieron que operarle de nuevo para reducir los dolores tan agudos que tenía. Todo debido a la falta de regulación del líquido cefalorraquídeo.
No obstante, tras esta reciente intervención, Guillermo sigue sintiendo unos dolores muy intensos que le impiden incluso dormir.
Meningocele: tratamiento efectivo con fisioterapia
Desde que le conocimos y se puso en nuestras manos, nuestro reto es incorporar a Guillermo a su vida habitual y que los dolores desaparezcan. E incluso conseguir que vuelva a correr. Para ello desarrollamos las siguientes técnicas:
- Tratamientos de las partes blandas con masaje, estiramientos, movilizaciones activas y flexibilización
- Terapia craneosacral para regular el control y equilibrio del líquido cefalorraquídeo
- Técnicas de reeducación postural y facilitación propioceptiva
- Maniobras y movimientos muy finos y afinados ya que hay que respetar mucho la función valvular. Esto lo conseguimos con la sensibilidad aplicada de nuestras manos de ciego que ven lo que no ven los ojos, y sienten aún más.
Tras estos tratamientos manuales queremos que este paciente termine acudiendo a nosotros únicamente para visitas periódicas de revisión y relajación.
De hecho, después de varias sesiones, Guillermo también está convencido que va a lograr incorporarse a la actividad física deportiva, lo que deja entrever que es una persona con buena capacidad de superación que dejará atrás este meningocele lumbosacro.
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